Catalanismo 69, españolismo 54
Todo ello abre un horizonte muy interesante aunque incierto. Interesante, porque el independentismo no sólo está consolidado sino que es una fuerza en alza; incierto, porque ERC, con peso específico en el Parlamento, genera muchas antipatías en el resto de las fuerzas políticas. ERC molesta a CiU porque despierta la conciencia nacional de Cataluña y desnuda el programa regional-victimista de esta formación, y molesta también a PSC, PP y a Ciudadanos, porque muestra lo que realmente les une: la imposición a ultranza de la nación española. La lucha, por consiguiente, se entabla entre el nacionalismo defensivo de ERC, la cobardía de CiU y la hispano-adicción del resto. Si a ello añadimos el odio visceral que ERC despierta en España, se comprende que una de las condiciones del pacto Mas-Zapatero fuese la exclusión de los independentistas del poder y la suma de esfuerzos para desacreditarles políticamente. Sin embargo, opino que Esquerra se ha equivocado pactando de nuevo con el PSC. Se ha equivocado porque un sector de sus bases y de buena parte de la sociedad catalana no entenderán que haya pactado con el partido que la expulsó del gobierno y que haya hecho presidente al hombre que dijo que los derechos históricos de Cataluña no existen. Es una simple cuestión de principios, y la factura más inmediata llegará con las elecciones municipales.
Pero también se equivocan quienes piensan que el objetivo de Esquerra es la destrucción de CiU. Es cierto que ahora hay un flujo de votos entre estas dos formaciones, pero ello sólo es debido a la anormalidad en la que vive la segunda. Bastaría que CiU abrazase la independencia para que los votantes de ambos partidos quedasen claramente delimitados. CiU encarnaría la derecha moderada nacionalmente consecuente, y ERC tendría la hegemonía de la izquierda con los mismos objetivos nacionales. Por lo tanto, aunque muchos soberanistas de derechas no lo crean, el enemigo a quien ERC espera batir muy pronto no es CiU, sino el PSC. Ese es el verdadero objetivo de los republicanos: convertirse en la izquierda nacional y dejar al PSC como una fuerza residual defensora de los intereses de la izquierda nacionalista española. El día en que ese sea realidad, gracias al voto desacomplejado de la gente joven, Cataluña estará a un paso de su normalización política.
Mientras tanto, desgraciadamente, la política catalana continuará en manos de quienes necesitan ir al notario para dar verosimilitud a unas promesas en las que nadie cree y también en las de aquellos que han convertido Cataluña en una simple comunidad autónoma gobernada desde la Moncloa. Esta es una de las razones de la gran abstención y del voto en blanco, el desencanto ante un gobierno que no puede gobernar. Y en esto último tiene una gran responsabilidad ERC. Esquerra se queja de la españolización de la política catalana, y no le falta razón, pero debe asumir que ha sido su falta de carácter, su tibieza ante los socialistas, lo que ha llevado a Cataluña a esta situación. ¿O es que es suicidándose, como ERC piensa ocupar el lugar del PSC?
Tener la llave de la política catalana es muy útil, no hay duda, pero el beneficio de ese privilegio no está en la posesión sino en el uso de la llave. Del mismo modo que la facultad de hablar engrandece la sabiduría del silencio, también la oportunidad en el uso de la llave indica la inteligencia de quien la posee. Quiero decir con ello que no es necesariamente desde el poder como ERC conseguirá convertirse en la fuerza que ha de gobernar Cataluña, sino dejando que sean sus adversarios -los mismos que han jurado que el nuevo Estatuto es la solución a todos los problemas de los catalanes- quienes, atrapados en la mentira, se ahoguen en su propia incontinencia verbal.
En cuanto a la presencia en el Parlamento de la formación catalanofóbica Ciudadanos, creo que, si se me permite la ironía, es una de las mejores notícias de los últimos años. Significa que el independentismo catalán comienza a ser una fuerza tan poderosa que ya intimida y preocupa seriamente a quienes están en contra. Así ha ocurrido siempre en todos los procesos de emancipación nacional y así será también en Cataluña. Que la culminación de ese proceso llegue pronto, dependerá de la capacidad de CiU para darse cuenta de que en la cobardía se halla el germen de su destrucción.
Berria , 9/11/2006 (euskara)
Racó Català , 14/11/2006 (catalán)
Nabarralde , 16/11/2006 (español)