El universalista de Benicàssim
Es toda una declaración de principios, no hay duda, y más tratándose de alguien cercano al PSOE. Contratar a un grupo que cante en español o en francés es cosmopolitismo, contratar a uno que lo haga en catalán o en vasco es nacionalismo. Lo es porque un grupo catalán o vasco debería cantar en español en lugar de mirarse el ombligo usando un idioma excluyente. Morán es un nacional-universalista, un hombre superior, uno de esos prodigios que la naturaleza crea de vez en cuando y que lógicamente no tienen patria porque su patria es el cosmos. Piensa -aunque oculta ese pensamiento- que hay lenguas y culturas superiores y lenguas y culturas inferiores. ¿No le recuerda al lector cierta ideología centroeuropea este punto de vista? La lengua y la cultura de los catalanes, de los vascos y de los gallegos serían lenguas y culturas inferiores y la lengua y la cultura española, que son las de José Luis Morán, serían una lengua y una cultura superiores. Por consiguiente, ¿quién, salvo un loco, un provinciano o un retrógrado, se atrevería a imponer desde un escenario unas canciones que son por sí mismas la expresión musical de una inferioridad manifiesta? Por suerte, hay niveles. Y el nivel lo marca la lengua española, que, como sabemos, es la lengua que los pueblos abiertos, simpáticos y comunicativos adoptan libérrimamente al mismo tiempo que se avergüenzan de la propia. José Luis Morán, además, está en contra de los nacionalismos. De todos menos del suyo. Cosa que lo emparenta con tres grandes iconos de la universalidad: José María Aznar ("Yo no soy un nacionalista español, yo sólo soy un español convencido"), José Bono ("Soy español y creo en mi país. Yo no soy nacionalista") y Rodrigo Rato ("Yo no soy nacionalista español, yo soy español").
Dice Morán que "no se trata de reducir, sino de comunicarnos mejor". Y, claro, para comunicarnos mejor es preciso reducir el número de lenguas y culturas y dejar tan sólo unas pocas entre las cuales, mira por donde, está la suya. Es decir, que, según el director del Festival Internacional de Benicàssim, el involucionista no es el que quiere reducir a media docena las seis mil lenguas del planeta, sino el que intenta salvaguardarlas todas. Pobre Morán, se sirve de las palabras para esconder su ideología sin darse cuenta de que no hay delator más inclemente que el lenguaje.
El Singular Digital , 24/7/2007 (català)
radiocatalunya.ca , 24/7/2007 (català)
Racó Català, 25/7/2007 (català)
Berria , 31/8/2007 (euskara)
Nabarralde , 1/9/2007 (español)