Euskal Herria y Cataluña, un camino juntos

Euskal Herria y Cataluña, un camino juntos
El partido que disputaron el pasado 29 de diciembre las selecciones nacionales de Euskal Herria y Cataluña en el estadio de San Mamés ante 40.000 espectadores ha sido más importante de lo que parece. Las declaraciones de los presidentes de las dos federaciones, Iñaki Dobaran y Jordi Roche, no hay duda de que han sido muy matizadas y han rehuido en todo momento los aspectos más espinosos. Por ejemplo, cuando preguntan a Dobaran si la Federación quiere desmarcarse de la política él responde que ya comentó con los otros miembros de la junta que su actitud tenia que ser esa, la de huir de la politización del partido, "que sabemos que es inherente al match, pero nosotros no tenemos que hacer valoraciones en este sentido. No hay duda de que hay una parte muy importante de aficionados al fútbol, e incluso una parte que no lo son, a quienes les gustaría ver jugar a su selección en competiciones oficiales. Ese es el objetivo". Jordi Roche, por su parte, responde de este modo a la pregunta sobre si le preocupa la reacción de Madrid: "Debemos prescindir. Hay un sentimiento y se ha conseguido un punto de inflexión. Se había tocado fondo en el modelo de partidos y ahora tenemos que reactivar la ilusión por la selección. Jugar también es reivindicar el hecho de poder competir como hace Escocia. Muchos se sorprenderían de los países que la FIFA tiene reconocidos. Algunos querrían que la selección muriese, pero Cataluña no lo ha permitido. El primer paso es tener un reconocimiento interno. El segundo, avanzar hacia la oficialidad. Y lo que queda claro es que todo tiene un sentimiento, y hay mucho a favor. Aquí es donde entra la vertiente política".

Pues bien, es literalmente imposible eludir la vertiente política. El partido lo demostró. ¿Le importaba a alguien el resultado? ¿Eran las ganas de ver goles o la carga simbólica del partido lo que llenó San Mamés? La politización estuvo presente y lo estará siempre, tanto en partidos amistosos como en partidos oficiales, porque no son los vascos y los catalanes quienes han politizado el deporte, sino los estados nación. Fueron los estados los que crearon las selecciones 'nacionales' con el fin de cohesionar a sus territorios por medio de la épica deportiva. Son ellos los que han politizado las competiciones internacionales y han convertido los Juegos Olímpicos en una exaltación de banderas e himnos nacionales; son ellos los que han dividido el mundo entre pueblos con derechos y pueblos sin derechos. La exaltación patriótica de la figura de Fernando Alonso en Cataluña, con la colaboración entusiasta de la costra socialista de TV3, por ejemplo, es hija de ese fervor patriótico. No tienen suficiente con tener su 'selección', necesitan, además, llenarla de 'españoles a la fuerza' para poder ganar alguna medalla de vez en cuando e imaginarse que 'Dios es español'.


Pero llegará el día en el que todos esos impedimentos caerán empujados por la fuerza de los derechos y España, si su orgullo se lo permite, se verá obligada a enfrentarse a Cataluña o a Euskal Herria en competición oficial y a asumir la probabilidad de una derrota. Mientras tanto, José Montilla continuará sin asistir a los partidos amistosos de la selección del país que preside, porque seria grotesco, además de incoherente, que el secretario general de un partido político contrario a las selecciones catalana y vasca se sentara en un palco para presidirlos escuchando al mismo tiempo los espectaculares silbidos de un estadio a su persona. En todo caso, la importancia del partido mencionado, no tiene nada que ver con Montilla, sino con la unión de dos pueblos que se quieren, que se admiran y que se respetan. Dos pueblos que el otro día dieron una lección magistral a sus gobiernos respectivos en la consecución de un objetivo común. Y es que no hay que ser ninguna lumbrera para darse cuenta de la fuerza que puede tener el traslado de esta unidad deportiva al terreno de juego de la política. El día que los gobiernos de Cataluña y del País Vasco comprendan que juntos son mucho más fuertes que separados, estarán a un paso de la consecución de un Estado propio.


Manifestación en Bilbao por la oficialidad de las selecciones vasca y catalana

e-notícies , 3/1/2008 (català)
Berria , 16/1/2008 (euskara)
Nabarralde , 16/1/2008 (español)