Euskal Herria y Cataluña, un camino juntos
Pues bien, es literalmente imposible eludir la vertiente política. El partido lo demostró. ¿Le importaba a alguien el resultado? ¿Eran las ganas de ver goles o la carga simbólica del partido lo que llenó San Mamés? La politización estuvo presente y lo estará siempre, tanto en partidos amistosos como en partidos oficiales, porque no son los vascos y los catalanes quienes han politizado el deporte, sino los estados nación. Fueron los estados los que crearon las selecciones 'nacionales' con el fin de cohesionar a sus territorios por medio de la épica deportiva. Son ellos los que han politizado las competiciones internacionales y han convertido los Juegos Olímpicos en una exaltación de banderas e himnos nacionales; son ellos los que han dividido el mundo entre pueblos con derechos y pueblos sin derechos. La exaltación patriótica de la figura de Fernando Alonso en Cataluña, con la colaboración entusiasta de la costra socialista de TV3, por ejemplo, es hija de ese fervor patriótico. No tienen suficiente con tener su 'selección', necesitan, además, llenarla de 'españoles a la fuerza' para poder ganar alguna medalla de vez en cuando e imaginarse que 'Dios es español'.
Pero llegará el día en el que todos esos impedimentos caerán empujados por la fuerza de los derechos y España, si su orgullo se lo permite, se verá obligada a enfrentarse a Cataluña o a Euskal Herria en competición oficial y a asumir la probabilidad de una derrota. Mientras tanto, José Montilla continuará sin asistir a los partidos amistosos de la selección del país que preside, porque seria grotesco, además de incoherente, que el secretario general de un partido político contrario a las selecciones catalana y vasca se sentara en un palco para presidirlos escuchando al mismo tiempo los espectaculares silbidos de un estadio a su persona. En todo caso, la importancia del partido mencionado, no tiene nada que ver con Montilla, sino con la unión de dos pueblos que se quieren, que se admiran y que se respetan. Dos pueblos que el otro día dieron una lección magistral a sus gobiernos respectivos en la consecución de un objetivo común. Y es que no hay que ser ninguna lumbrera para darse cuenta de la fuerza que puede tener el traslado de esta unidad deportiva al terreno de juego de la política. El día que los gobiernos de Cataluña y del País Vasco comprendan que juntos son mucho más fuertes que separados, estarán a un paso de la consecución de un Estado propio.
Manifestación en Bilbao por la oficialidad de las selecciones vasca y catalana
e-notícies , 3/1/2008 (català)
Berria , 16/1/2008 (euskara)
Nabarralde , 16/1/2008 (español)